grabados rupestres

donde se unen la tierra y el cielo

donde se unen la tierra y el cielo
En La Palma, la arqueología y la astronomía han cruzado las miradas, unos al suelo y otros al cielo, para coincidir en una misma dirección, interrelacionando las observaciones hasta confirmar la importancia de los atros entre los antiguos habitantes de Benawara.
“adoraban al Sol, la Luna y otros planetas” (Alvise Ca’da Mosto, 1455-1457)

"Quienes tratan de interpretar símbolos en sí mismos miran la fuente de luz y dicen:"no veo nada". Pero la fuente de luz está ahí no para que se la mire a ella, sino para que se mire y vea lo que ella ilumina. E igual pasa con el simbolismo" (Dan Sperber).





martes, 28 de agosto de 2007

Imágenes de vírgenes para convertir a los antiguos canarios. La Virgen de Las Nieves.

Existen numerosos casos en Canarias o en América de utilizar las imágenes de la Virgen como modelo de conversión al cristianismo. Las tesis marianas constituyen un cuerpo de creencias “piadosas” y presentan a la Virgen María como la corredentora con Cristo, mediadora entre Dios y los hombres, dispensadora de todas las gracias, reina del cielo y el prototipo de iglesia. Mientras los dominicos llevaban imágenes por toda América, los franciscanos las introdujeron en Canarias.
Los españoles al llegar a Canarias se encontraron con sociedades que mantenían una actividad religiosa que comprendía la comunicación con los seres superiores o sus dioses, símbolos religiosos, objetos y sitios sagrados y rituales considerados como signos sociales. Es decir, en la sociedad indígena, la religión constituía una manifestación cultural que difería esencialmente de la española, porque esta última, se caracterizaba por creer en la existencia de un Dios único. El español, en su afán de lograr la dominación ideológica en el mundo indígena, se esforzó por destruir y suplantar la simbología de esta sociedad, con el propósito de otorgarle un lugar preponderante a la suya.
Posteriormente, la iglesia católica por medio de su dogma, se encargó de adjudicarles un sentido mayor, al incorporar las tesis marianas que involucran las creencias y, por lo tanto, validan los mitos y leyendas surgidos en torno a la Virgen y a los santos.
La Virgen María y sus derivaciones conforman símbolos universales del catolicismo, instrumentos que sirvieron a los españoles para lograr sus fines. Mas información en (www.ull.es/publicaciones/latina/2002/latina47febrero/4710carvajal).

Bulas.
En la Edad Media la palabra bula significaba sello, y también con ese nombre se llamó a los documentos sellados, que trataban asuntos religiosos o políticos. Las bulas papales son documentos pontificios relativos a materias de fe o de interés general, concesión de gracias, privilegios, asuntos judiciales y/o administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja. A partir del siglo XIII el término bula deja de hacer referencia al sello para pasar a describir al propio documento sobre el que se colocaba y, a partir del siglo XIV, deja de hacer referencia a cualquier documento papal para reservarse a las cartas apostólicas relativas a materia de fe o interés general, concesión de gracias y privilegios, o asuntos judiciales o administrativos expedidos por la cancillería apostólica.
Hacia 1344 el infante Luis de la Cerda, conde de Clermont, pariente de los reyes de Castilla y Francia solicita del papa Clemente VI una bula por la que se le otorgase el señorío de las islas Afortunadas junto con el título de Príncipe de la Fortuna. La bula se expidió a 15 de noviembre de 1344 y la solemne investidura se ejecutó en el palacio apostólico de Aviñón. El papa entregó a Luis de la Cerda un gran cetro de oro, tomando por tema las palabras "Faciam principem super gentem magnam", y le concedió, con la facultad de batir moneda, todos los demás derechos reales y el patronato de las iglesias y monasterios que construyese.
La presencia de frailes mallorquines en Telde (Gran Canaria) supone la creación de la primera sede del obispado de Canarias según bula del papa Clemente VI de 1351. Acorde con las Crónicas, estos misioneros fueron con el tiempo odiados por los canarios, bien porque los asociaban con los esclavistas que saqueaban las costas, bien por motivos de otra índole; lo cierto es que a finales de dicho siglo los aborígenes arrojaron a los misioneros por la Sima de Jinámar. La investigación arqueológica ha terminado por confirmar lo que desde hace cinco siglos reflejaban las fuentes etnohistóricas.
En septiembre del año 1369 el papa Urbano V hizo publica una bula en la que alentaba la llegada de religiosos a Canarias con e fin de convertir la fe de Cristo a los adoradores del Sol y la Luna. Las primeras informaciones que poseemos sobre las creencias de los canarios prehispánicos se encuentra en la Bula papal Ad hoc semper de Urbano V de 1369 donde se afirma que eran “adoradores del sol y la luna”. Testimonios de viajeros que visitaron las islas antes de la conquista castellana y las crónicas tras la conquista confirman este hecho. En el caso de los habitantes de Gran Canaria “a Dios llamaban Alcorán, reverenciábanlo por solo y eterno y omnipotente señor de cielo y tierra criador y hacedor de todo” (Gómes de Scudero, último tercio del siglo XV). La fundación del convento de San Buenaventura en la isla de Fuerteventura, fue autorizado por el Papa en 1413. Tanto Lanzarote como Fuerteventura sirvieron de cuartel de misiones hacia las demás islas. La importancia que llegó a alcanzar se prueba en la bula de Martín V en 1423 transformando el distrito de Canarias en Vicaria General de Misiones, facultando al vicario con amplios poderes, siendo designado fray Juan de Baeza. El Papa Martín V, en una Bula de 20 de noviembre de 1424, reconocía la existencia de cristianos en ciertos parajes de Gran Canaria. En una Bula de 12 de enero de 1435 recogía Eugenio IV la noticia de que el Obispo Calvetos había convertido en Gran Canaria a muchos naturales. Pío II autorizó en 1462 a los Obispos del Rubicón a firmar paces y tratados con los infieles de las Islas, quienes por este solo hecho quedaban bajo la protección del Papa. Esta campaña evangelizadora realizada en Canarias a lo largo del siglo XV, nos lleva a la conclusión lógica que los misioneros a la vez que difundían los principios del Evangelio, inculcaban en el espíritu de los aborígenes la devoción a la Virgen.
En la década de 1470 el interés de los castellanos comenzaba a sustituir a franceses y portugueses en el control de las Canarias y, hacia 1483, sólo Tenerife y La Palma permanecían dominadas por los nativos, y continuaban siendo territorio abierto para las expediciones portuguesas y castellanas. Turcos, guanches, guineos, fueron siempre desde la perspectiva occidental pueblos que había que reducir, y más adelante convertir. En Le Canarien, fray Pedro Bontier, religioso de Saint Jouin-de-Marnes, y Juan Le Verrier, presbítero, ambos al servicio de Juan de Bethencourt, exponen el ideal de cruzada que les llevó a las Islas Canarias a comienzos del siglo XV “…Porque es cosa cierta que muchos caballeros, al oír la relación de las grandes aventuras, de las hazañas y de las hermosas acciones de aquéllos que en tiempos pasados han emprendido hacer viajes y conquistas sobre los infieles, con la esperanza de volverlos y convertirlos a la religión cristiana, han cobrado valor, valentía y voluntad de parecérseles en sus buenas acciones, y con el fin de evitar todos los vicios y de ser virtuosos, y que al terminar sus días puedan adquirir vida perdurable”. Las Canarias, además de “provistas de gentes y de víveres”, estaban “pobladas por gentes infieles”. Esta perspectiva no abandonó nunca las razones de ninguno de los expedicionarios que se atrevieron a adentrarse en lo desconocido durante los siglos XV y XVI, y también estuvo presente en el proyecto de Colón.

Metodología utilizada en la evangelización
La evangelización de Canarias fue de naturaleza misional. Desde el año siguiente, 1352, comienzan las expediciones misionales de naturaleza mixta, laica (organizados en cofradías, mallorquines y catalanes) y eclesiástica.
A partir de 1402 comienza una nueva fase basada en la conquista armada como paso previo a la evangelización. Y esta no tendrá relación con la anterior etapa de mallorquines y catalanes, sino que apoyó su acción misional en los franciscanos procedentes de los conventos de Jerez de la F, Utrera, Sanlúcar y la Rábida. Y al estar relacionada con la conquista y la repoblación subsiguiente, se tratará más de aculturación que de evangelización. Esta etapa se caracterizará por la influencia castellana progresiva, asegurada al crearse la nueva diócesis como sufragánea de Sevilla y ser sus titulares castellanos. Y también por conceder, la Santa Sede, los derechos de conquista a la Corona de Castilla en 1436, ratificada en el Tratado de Alcazovas de
1497. A lo largo del XV la evangelización corría a cargo de franciscanos. Estos provenían de la provincia de Castilla, con centro en el convento del Abrojo. No se constituyen en congregación, sino que seguían permaneciendo bajo la autoridad de los ministros conventuales y formando parte de sus respectivas provincias. Más información en (www.personales.ulpgc.es/mronquillo.dch/IGLESIA1990).
En general, los primeros evangelizadores de Canarias y América Latina se propusieron tener como modelo de evangelización la metodología que se había empleado para la Iglesia Primitiva. La cristianización se hizo buscando acabar con tradiciones, autoridades y valores antiguos, haciéndolos aparecer perversos o inadmisibles. La religión estuvo íntimamente ligada a la opresión colonial. En esta forma, se subvaloró la religión del indígena, con la convicción de portar una religión y cultura superiores. Se buscó evangelizar y “civilizar” al mismo tiempo, utilizando el modelo español, pues se pensaba que la religión indígena era una superstición.

La Virgen de Las Nieves
La fiesta de la Santísima Virgen de Las Nieves tiene su origen en la leyenda romana. He aquí que la Virgen les declara de forma maravillosa sus deseos. A Juan Patricio y a su esposa se les aparece en sueños, y por separado, la Señora para indicarles su voluntad de que se levante en su honor un templo en el lugar que aparezca cubierto de nieve en el monte Esquilino. Esto ocurría la noche del 4 al 5 de agosto, en los días más calurosos de la canícula romana.
Van los dos esposos a contar su visión al papa Liberio. Este había tenido la misma revelación que ellos. El Sumo Pontífice organiza una procesión hacia el lugar que había señalado la Madre de Dios. Todos se maravillaron al ver un trozo de campo acotado por la nieve fresca y blanca. La Virgen acababa de manifestar de este modo admirable su deseo de que allí se levantase en su honor un templo. Este templo es hoy día la basílica de Santa María la Mayor. En el siglo XI cuajó fácilmente en la devoción popular y un discípulo del Giotto la inmortalizó en unos lienzos que pintó para la misma basílica. En un cuadro aparece el papa Liberio dormido, con la mitra al lado; encima, ángeles y llamas, y, delante, la Virgen que le dirige la palabra. En otro cuadro aparece Juan Patricio, a quien se le aparece también la Virgen. Otra pintura nos presenta a María haciendo descender la nieve sobre el monte Esquilino. Nuestra Señora de las Nieves es lo mismo que Santa María la Mayor, título que lleva una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Las otras tres son: San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán.
Santa María de las Nieves. He aquí una de las advocaciones más bellas de la Santísima Virgen. Ella, que es la Madre de Dios, Inmaculada, Asunta al cielo, Virgen de la Salud y del Rocío, es también Nuestra Señora de las Nieves. La nieve es blancura y frescor. Pureza y alma recién estrenada, intacta. Espíritu sin gravedad.
El suntuoso Real Santuario Insular de la Patrona de La Palma y de los palmeros, en Santa Cruz de La Palma, es el centro de la espiritualidad de la isla por antonomasia y uno de los focos de devoción más antiguo del Archipiélago. Ya en la Bula del Papa Martín V, fechada en Roma el 20 de noviembre de 1423, quedaba demostrada la existencia de una iglesia dedicada a dicha imagen bajo la advocación de “Beatae Mariae de La Palma”, devoción que se extendió por todas las islas. Prueba de ello es que en otros lugares de nuestra región se erigieron ermitas y templos dedicados a la venerada Morenita. Se sabe y está comprobado que, evangelizadores introdujeron el cristianismo en nuestra isla con anterioridad a la Conquista y es precisamente esta imagen de la Virgen de Las Nieves, una prueba fehaciente. Su presencia en San Miguel de La Palma corre pareja con la historia española y penetra de lleno en la leyenda. Todo ello respalda las hipótesis de ciertos cronistas sobre su llegada: viajes de frailes irlandeses o marinos mediterráneos, misiones del Obispado de Telde, incursiones de normandos, del propio Lugo, de la conversa Francisca de Gazmira, de las expediciones enviadas por el Rey Juba de Mauritania, etc.
Siempre hemos oído hablar sobre una extraña inscripción que, supuestamente, tiene la Virgen grabada en su espalda. Una enigmática y célebre palabra: “ASIETA” traducida por las iniciales de “Alma Santa Inmaculada en Tedote Aparecida”. Tedote es el nombre guanche de la capital palmera. Un nombre que llevan muchachas palmeras asumido como sinónimo de “Nieves”.
Wamgüemert y Poggio, en su libro publicado en 1909 titulado “Influencia del Evangelio en la Conquista de Canarias” asegura que no sólo es cierta la existencia del mencionado grabado, sino que éste fue estudiado por el Obispo Don Antonio Tavira y Almazán (cuya visita al Santuario tuvo lugar en 1794). No obstante, ni en el acta correspondiente a esa visita, ni en el Archivo Parroquial consta que “La Morenita” posea tal inscripción. Es posible que los historiadores hayan hecho caso al asunto “de oídas” sin haberlo estudiado en profundidad. Es rotunda la aseveración hecha por el palmero Don Alberto José Fernández García en su publicación titulada “Real Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves” (León, 1980). Allí explica cómo tuvo el gran honor de contemplar la imagen de la Patrona de La Palma sin las ricas vestiduras que la cubren y no encontrar nombre alguno.
“El otro aspecto importante en relación con la dimensión simbólica de María es que ella se puede adaptar a las distintas culturas en donde existían diosas, o esposas de los dioses, por lo cual María, como un símbolo flexible, femenino, de fertilidad, podría ocupar con más facilidad un espacio físico y mental que otros símbolos y, por esta razón, se le rendirá un culto mayor, incluso que el mismo Jesucristo. En síntesis, María, como símbolo, recoge algunas de las atribuciones de las diosas presentes en culturas ligadas al campo, a la fertilidad, en las cuales, la adoración a la naturaleza constituye un hecho. De ahí, el surgimiento de Diosas que tienen un ligamen con los ciclos de las cosechas y la reproducción. Es por eso que María aparece en las producciones objetuales y representaciones gráficas rodeada de otros símbolos que la relacionan directamente con estas actividades.
María es un símbolo que alimenta el imaginario colectivo y un lazo de unión entre presente y pasado de la cultura occidental. En la construcción de este símbolo, hay que destacar que las mediaciones oral y escrita son fundamentales porque en el trayecto histórico en torno a este símbolo, se ha escrito cantidad de textos, como por ejemplo los Milagros de Nuestra Señora que constituyeron una fuente utilizada por los predicadores para despertar el fervor religioso y se han producido leyendas transmitidas a través de la mediación oral” (www.ull.es/publicaciones/latina/2002/latina47febrero/4710carvajal).
Cuando a mediados del s. XIV se inicia la evangelización de algunas islas, los conquistadores se sirven de imágenes de vírgenes para la cristianización de los infieles. Con anterioridad, la pequeña talla de la Virgen de Las Nieves fue recogida por los aborígenes en un punto de la costa de Santa Cruz de La Palma y conducida al poblado del Morro de Las Nieves, siendo adorada. La consideración del Sol como ser supremo por excelencia, al que relacionaban como una divinidad femenina como ocurre en la culturas bereberes o amazigh del continente africano, explicaría por qué los europeos las utilizaron como mediadoras, al entender que así sería fácil sustituir una creencia por otra.
En el extremo E del Morro de Las Nieves existe un pequeño santuario prehisánico en forma de canales y cazoletas excavados sobre un bloque de toba volcánica, cuya disposición se orienta hacia la salida del sol durante el solsticio de verano, acompañado por dos grabados rupestres (ver foto en el blog "iruene-la-palma.blogspot.com"). Pues bien, después de la conquista castellana de la Isla se levanta el Real Santuario en el lugar donde fue nuevamente hallada la talla de la Virgen, en una vaguada situada al N del Morro, respetándose la orientación de la cabecera de la iglesia hacia el mismo sol que surge durante el solsticio de verano.
El catolicismo, al mantener la imagen femenina a través de María, logró un mayor arraigo en Canarias, pues en el símbolo María, no existe contradicción con las diosas femeninas que los antiguos habitantes de esta y del resto de las islas poseían, tal es el caso de la Virgen de Las Nieves como sustituta de Abora (la diosa sol).

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