grabados rupestres

donde se unen la tierra y el cielo

donde se unen la tierra y el cielo
En La Palma, la arqueología y la astronomía han cruzado las miradas, unos al suelo y otros al cielo, para coincidir en una misma dirección, interrelacionando las observaciones hasta confirmar la importancia de los atros entre los antiguos habitantes de Benawara.
“adoraban al Sol, la Luna y otros planetas” (Alvise Ca’da Mosto, 1455-1457)

"Quienes tratan de interpretar símbolos en sí mismos miran la fuente de luz y dicen:"no veo nada". Pero la fuente de luz está ahí no para que se la mire a ella, sino para que se mire y vea lo que ella ilumina. E igual pasa con el simbolismo" (Dan Sperber).





jueves, 30 de agosto de 2007

La práctica cinegética

El reducido potencial faunístico existente en la isla de La Palma nos plantea la lógica deducción de la poca significación que la práctica cinegética tenía como aporte alimenticio entre los awara. Los datos etnohistóricos son prácticamente inexistentes, de ahí que nos tengamos que remitir necesariamente a los estudios zooarqueológicos para poder determinar el grado de interés que presentaba en la dieta aborigen.
Los estudios realizados por Jorge Pais (1998) en la Cueva del Tendal (San Andrés y Sauces), El Rincón (El Paso), el Roque de Los Guerra, El Tributo y Belmaco (Villa de Mazo), han confirmado la caza de aves, lagartos y microfauna, puesto que sus restos óseos aparecen entremezclados con los de la fauna doméstica de cabras, ovejas y cochinos. La escasez de restos óseos de estas especies nos indica que su importancia fue mucho menor que la de los peces o mariscos.
En la Cueva del Tendal se han identificado pardelas, aguilillas, cernícalos, codornices, palomas rabiches, turqués y bravías, lechuzas y grajas. Estamos seguros que el abanico de especies capturadas era mucho mayor. La tradición de la captura de algunas de estas aves hasta hace muy poco tiempo es un buen argumento para pensar en prácticas comunes en la etapa prehispánica.
No nos debe sorprender el consumo de reptiles como los lagartos, tanto el actual (gallotia galloti) como el gigante (gallotia goliath). La presencia de lagartos gigantes está bien documentada como fósiles en un buen número de cavidades volcánicas de la Isla, lo que faltaba confirmar es si éstos llegaron a convivir con los aborígenes y parece ser que gran parte del problema ha quedado solucionado cuando en octubre de 1995, en el corte 1 del yacimiento arqueológico del Roque de Los Guerra aparecieron numerosos restos óseos entremezclados con otros restos arqueológicos pertenecientes a la fase cerámica I. Es probable que fuesen los primeros colonos prehispánicos los que extinguieran estos enormes “filetes con patas” que podían alcanzar los 1,50 m. de longitud.
Por lo que respecta al consumo de otras especies terrestres, carecemos de información arqueológica fiable; sin embargo, es verosímil la caza de insectos, especialmente las diferentes especies de langostas. José C. Cabrera, Mª Antonia Perera y Antonio Tejera (1999) nos aclaran que el empleo de langostas en la alimentación se halla muy arraigado en el norte de África: en el Aurés argelino, entre los tuareg saharianos, en el Macizo del Ahaggar y en las regiones meridionales de Marruecos. En estas zonas son muy apreciadas y se consumen en grandes cantidades, previa cocción y secado al sol. Se trata de prácticas recolectoras directamente heredadas de tradiciones prehistóricas y protohistóricas, como la mencionada por Herodoto (siglo V a.C.) entre los nasamones: “Van a la caza de langostas, las que muelen después de secar al sol y mezclando aquella harina con leche se la beben”.Como Hole y Flannery han resumido “ningún grupo sobre la tierra dispone de más ocio que los recolectores cazadores, que consagran lo mejor del tiempo al juego, a la conversación y al relax”. Disponen de más tiempo libre, añade Binford “que los obreros industriales y agrícolas modernos, incluso más que los profesores de arqueología”. Como dice Veneigen, los no domesticados saben que solo el presente puede ser total. Esto significa que viven la vida con una inmediatez, una densidad y una pasión incomparablemente más grande de cómo la vivimos nosotros (John Zerzan, www.anti-globalizacion.net/formacio/futuro.htm).

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